Antón de Montoro

El poeta Antón de Montoro, conocido también como el Ropero al ser hijo de un orfebre ambulante y por su oficio de sastre, debió nacer en esta ciudad hacia 1404 y murió en Córdoba en 1477. De su condición de judío converso dejó constancia en tono humorístico no exento de amargura, en unos versos muy citados de una composición que dedicó a la Reina Católica:

”Nunca juré al Criador,

fize el Credo, e adorar;

ollas de tocino grueso,

torreznos a medio asar,

oír misas e rezar,

sanctiguar e persinar,

e nunca pude matar

este rastro de confeso...”

Fue alabado por Juan de Mena, el Marqués de Santillana y Gómez Manrique, quienes gustaban de la lectura de sus versos; sin embargo, no llegó a figurar en ninguno de los círculos cortesanos, lo que hizo que su poesía fuera más libre en cuanto a rigideces de fórmulas poéticas y de temas laudatorios. Su vocabulario desenfadado, plebeyo, soez y obsceno en repetidas ocasiones, le acarrearon la opinión desfavorable de gran parte de la crítica de primeros de siglo; sin embargo, los cancioneros de la época recogieron asiduamente sus composiciones.

Antón de Montoro cultivó la poesía jocosa, burlesca, como la que dirige “A Diego, tañedor, porque el Duque y el Maestre de Santiago dormían con su mujer”; de alabanza, como la dedicada a don Alfonso de Aguilar con motivo de la sangrienta matanza de judíos en Córdoba a manos del populacho, en los últimos años del reinado de Enrique IV, suceso posteriormente romanceado por don Teodomiro Ramírez de Arellano.

Entre lo más sobresaliente de su producción suele citarse la composición en octavas de arte mayor sobre el famoso caso de los Comendadores de Córdoba, relato que dio pie a evocaciones aparecidas en las páginas de La Lozana andaluza, a la amplificación en romances hecha por el también cordobés Juan Rufo en sus Apotegmas, al relato recogido luego por el anónimo autor de los Casos notables de la ciudad de Córdoba (¿1618?) y que divulgaría Lope de Vega, hasta llegar a nuestros días en las páginas de Enrique Barrantes y en la tradición popular.

Referencia

• María José Porro Herrera Los pueblos de Córdoba (Caja Provincial de Ahorros y Diario Córdoba, 1993).