Ateneo de Córdoba. Calle Rodríguez Sánchez, número 7 (Hermandades del Trabajo).

PRÓXIMOS ACTOS DEL ATENEO DE CÓRDOBA

Nueva Junta Junta Directiva del Ateneo de Córdoba

Marzo , 1a.quincena. Conferencia de JUAN ORTIZ VILLALBA. " LA MASONERÍA EN CÓRDOBA ". (Presenta José Luis García Clavero).
Jueves 11 de abril. Conferencia de DESIDERIO VAQUERIZO." LOS ORIGENES DE CÓRDOBA". (Presenta J.L.G.C).
Finales de abril, primera semana de mayo. Proyección del documental "MONTE HORQUERA" de FERNANDO PENCO, galardonado en diversos Festivales internacionales (Italia, India, Holanda etc,)
Lunes 11 de Mayo. Conferencia de MANUEL VACAS." LA GUERRA CIVIL EN EL NORTE DE LA PROVINCIA DE CÓRDOBA.LAS BATALLAS DE POZOBLANCO Y PEÑARROYA- VALSEQUILLO". (Presenta Antonio BARRAGÁN).Todos los actos en la Sede del Ateneo.

CONVOCADOS LOS PREMIOS DEL ATENEO DE CÓRDOBA
XI Premio de Relato Rafael Mir.
XXXIX Premio de Poesía Juan Bernier.
IX Premio Agustín Gómez de Flamenco Ateneo de Córdoba.

Fallo de las Fiambreras de Plata 2023, relación de homenajeados aquí.

¡Ayúdanos! Solicita artículos no redactados

Pío Moa

De Ateneo de Córdoba
Esta es una <a href="/mediawiki/index.php?title=Ayuda:Historial" title="Ayuda:Historial">revisión antigua</a> de esta página, editada por Jacobino (discusión | contribuciones) a las 12:03 12 nov 2015. Puede ser diferente de la <a href="/mediawiki/index.php?title=Pío Moa" title="Pío Moa">versión actual</a>.

Saltar a: navegación, buscar

Luis Pío Moa Rodríguez (Vigo, 1948) es un articulista y escritor español, especializado en temas históricos relacionados con la Segunda República Española, la Guerra Civil Española, el franquismo y los movimientos políticos de ese período.

Participó en la oposición antifranquista dentro del Partido Comunista de España (reconstituido) o PCE(r) y de la organización terrorista GRAPO. En 1977 fue expulsado de este último partido. A partir de este suceso, cambió sus anteriores posiciones políticas ultraizquierdistas para pasar a sostener posiciones políticas conservadoras y abiertamente filofranquistas.

En 1999 publicó Los orígenes de la guerra civil, que junto con Los personajes de la República vistos por ellos mismos y El derrumbe de la República y la guerra civil conforman una trilogía sobre el primer tercio del siglo XX español. Continuó su labor con Los mitos de la guerra civil, Una historia chocante (sobre los nacionalismos periféricos), Años de hierro (sobre la época de 1939 a 1945), Viaje por la Vía de la Plata, Franco para antifranquistas, La quiebra de la historia progresista y otros títulos. En la actualidad colabora en Intereconomia, El Economista y Época.

Defensor de Franco y de muchos aspectos de la dictadura franquista, ha señalado que «Franco debe [...] recibir la gratitud y el reconocimiento de la mayoría de los españoles». Moa considera que la actual democracia es heredera del régimen franquista, que según Moa experimentó una «evolución democratizante», y no de las izquierdas del Frente Popular, según él totalitarias y antidemocráticas y que dejaron un legado de «devastación intelectual, moral y política». Su obra ha generado una gran controversia y suscitado la atención de un numeroso público, que ha situado a varios de sus libros en las listas de los más vendidos en España: su libro Los mitos de la Guerra Civil fue, con 150.000 ejemplares vendidos, número uno de ventas durante seis meses consecutivos.

Biografía

Nacido en Vigo (Pontevedra), fue miembro fundador de la organización terrorista de tendencia marxista-leninista y maoísta Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO), el brazo armado del PCE(r). Formando parte de ella participó en asaltos a locales falangistas y a la sede de la revista Gentleman, a la que llamaban «oposición domesticada». Asimismo tomó parte en uno de los asesinatos del 1 de octubre de 1975, perpetrados en represalia por las últimas cinco ejecuciones del franquismo de dos miembros de ETA y tres del FRAP el 27 de septiembre. Enrique Cerdán Calixto, Abelardo Collazo Araújo y Pío Moa penetraron en la sucursal y se dirigieron hacia el policía de servicio. Cerdán le disparó y Moa, que portaba un martillo, le arrebató el arma al policía ya muerto. Según el informe policial de los asesinatos, algunos testigos afirmaron que le habían visto golpear con un martillo al policía tiroteado, extremo que Moa siempre ha negado, manifestando que no fue necesario. Fue cómplice en el secuestro del teniente general Villaescusa, hecho acaecido en el año 1977, por lo que fue condenado en 1983 a un año de prisión, sentencia que no tuvo que cumplir. Fue expulsado del GRAPO en 1977 y se acogió a medidas de reinserción en 1983, adoptando posteriormente posiciones políticas ultraconservadoras. Ha dejado un relato de sus experiencias de entonces en el libro autobiográfico De un tiempo y de un país.

Ha dirigido las revistas Tanteos (1988-1990) y Ayeres (1991-1993), dedicada a la Historia. Ha sido bibliotecario del Ateneo de Madrid, a cuya junta directiva perteneció durante tres años. Colaboró en diversas revistas, periódicos y medios de Internet, como la desaparecida Chesterton, Libertad Digital, El Economista o Época. También participa en medios como Intereconomia Televisión donde tertulia en programas como El gato al agua y España en la memoria.

Evolución ideológica

La base de su producción intelectual es una trilogía sobre la Segunda República y la Guerra Civil Española en la que invirtió nueve años de investigación. Sus obras más vendidas, Los mitos de la guerra civil y Franco, un balance histórico, son ensayos basados en parte en el trabajo realizado en la trilogía mencionada.

Moa afirma que sus posturas se sustentan en el análisis, entre otras fuentes, de los numerosos testimonios dejados por los protagonistas de aquellos hechos (Azaña, Araquistáin, Prieto, Largo Caballero, Madariaga y Gil Robles). También asegura haber consultado para algunas de sus obras los archivos de la Fundación Pablo Iglesias[cita requerida], en especial el de Largo Caballero, el Archivo General de la Guerra Civil Española, el Archivo Histórico Nacional, la prensa de la época y los diarios de las Cortes.

Su línea de pensamiento con respecto a los orígenes de la Guerra Civil se resume en lo siguiente:

  • Una parte sustancial de la izquierda (los anarquistas, PCE, ERC y el sector del PSOE liderado por Largo Caballero) tenía un carácter marcadamente antidemocrático, ya que consideraba la República como un mero paso intermedio en el camino hacia su objetivo último de la Revolución Social.
  • Este sector de la izquierda española organizó la insurrección de octubre de 1934.
  • En una República que ya no era democrática se produjeron las elecciones de 1936, que ganó por estrecho margen de votos (y mucho más amplio en escaños) el Frente Popular gracias a ciertos arreglos oscuros, como los denunciados por el entonces Presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora, y corroborados, según Moa, por las memorias de Azaña, Alcalá-Zamora o Madariaga.
  • La situación de violencia callejera y auténtico fervor revolucionario generó una respuesta simétrica en sectores de la derecha, a la que se sumó una parte de la oficialidad del Ejército, desembocando toda esta escalada de violencia —que culminó en el asesinato por parte de miembros de la Guardia de Asalto del diputado y líder opositor José Calvo Sotelo— en la sublevación del 18 de julio de 1936. Ésta habría sido una reacción desesperada de una derecha que no esperaba cuartel alguno como la izquierda frentepopulista venía anunciando hacía años.

En 2007 realizó unas declaraciones al diario Público en que sostenía que muchas víctimas del franquismo, como las Trece Rosas o Lluís Companys, no eran en absoluto inocentes y que «aquellos que hoy defienden la Ley de la Memoria Histórica se identifican con los criminales, los de las checas». En su blog ratificó estas opiniones, desmintiendo además el titular del artículo. Estas polémicas declaraciones fueron denunciadas por catorce individuos que llegaron a recoger firmas en un Manifiesto de apoyo a su denuncia por injurias contra Pío Moa. El 6 de mayo de 2008 el juez sobreseyó la denuncia por entender que no existía delito alguno.

Moa se ha negado repetidamente a condenar la dictadura franquista, afirmando que, en 1936, España no era ya una democracia, aludiendo a los atentados, el estado de alarma, la no publicación de las actas en las elecciones de ese año, la muerte de Calvo Sotelo a manos de la Guardia de Asalto... además de señalar que la guerra civil ya había estallado en 1934 con la revolución sofocada en Asturias y Cataluña:

el franquismo no destruyó a la democracia, sino a la revolución del Frente Popular. Libró a España de la II Guerra Mundial y de una nueva guerra civil, y dejó un país próspero y reconciliado, libre de los odios que acabaron con la II República»; «[los logros de Franco] lo convierten en el personaje político de mayor envergadura en la historia de España de los dos últimos siglos, en rivalidad, si acaso, con Cánovas».

Moa también ha criticado duramente la transición democrática y la actual democracia. En su opinión, la transición tiene «fallos» y dado lugar a «una Constitución harto deforme», todo lo cual sería culpa principalmente de los antifranquistas, al igual que los problemas actuales de la democracia. Para él, esto se debería a que identificar antifranquismo y democratismo es «una falsedad parecida a la equiparación del Frente Popular con la libertad». Durante la transición, según Moa:

los antifranquistas tenían además la loca idea de una "ruptura" que saltase por encima de cuarenta años de paz, desarrollo y reconciliación, para volver a las vesanías de aquel frente de izquierdas al que siguen llamando "república" cuando en realidad destruyó la legalidad republicana.

La transición dirigida por Adolfo Suárez supuso, para Moa:

la entrega de la legitimidad democrática a una izquierda y unos separatistas que nunca habían sido demócratas ni tenían arte ni parte en la evolución democratizante del régimen de Franco.

En opinión de Moa, además, la actual democracia, que «llegó cuando pudo, se la debemos a la obra del franquismo», estaría «muy amenazada precisamente por los antifranquistas», ya que:

los antifranquistas, que invocan tanto la república sin tener en cuenta sus efectos históricos, siguen socavando hoy la convivencia democrática: terrorismo o colaboración con él, separatismos, ataques a Montesquieu, niveles de corrupción muy superiores a los del franquismo, corrosión de la soberanía y la unidad nacional...

Sin embargo, según Moa todo esto no era inevitable, ya que:

habría bastado con que algunos políticos de vuelo algo más que corraleño hubieran tomado a tiempo las riendas para enderezar la marcha política, sobre todo tras la experiencia felipista. Se habló entonces de regeneración democrática, Mayor Oreja lo vio claro y Aznar pudo haberlo hecho, pero se quedó visiblemente a medias. [En consecuencia, según opinión de Moa], los males de la transición, en lugar de corregirse, han empeorado y hoy manda el país un gobierno mafioso, enemigo de España y de la libertad, y sin oposición organizada.

Asimismo, Moa ha afirmado que España es una nación preexistente al nacionalismo:

(...) y de las más antiguas. La existencia nacional de España puede remontarse a Leovigildo, pues él dio fin a la fase del reino godo como simple imposición de un grupo dominante, no identificado con el pueblo sobre el que dominaba. Con Leovigildo empieza la unidad política y consciente de España sobre la base cultural creada por Roma; y empieza también el sentimiento patriótico español, claramente expresado por Isidoro de Sevilla (...) La reconstrucción de la unidad española a partir de la invasión islámica fue un proceso extremadamente improbable, y en parte frustrado, pues dio lugar a dos naciones, Portugal y España. [En cambio, según Moa], el nacionalismo catalán (como el vasco), no es propiamente catalanista, sino antiespañol. Cataluña nunca ha sido una nación en el sentido propio de una comunidad cultural con un Estado, y no lo ha sido porque no ha querido serlo. [y] tanto el nacionalismo vasco como el catalán son invenciones –en el sentido más literal del término–, de muy contados personajes que se sintieron “fundadores”, iluminados por una supuesta verdad, y elaboraron una historia mítica como fundamento de sus aspiraciones de poder».

Controversias

Historiadores críticos

La obra de Moa ha sido descalificada por numerosos autores e historiadores del ámbito académico, entre los que se encuentran Javier Tusell, Paul Preston, Pedro Carlos González Cuevas, Alberto Reig Tapia, Enrique Moradiellos, Francisco Espinosa Maestre, Justo Serna, Mercedes Yusta, Carlos Rilova Jericó, Helen Graham, Santos Juliá, Gabriel Cardona, Edward Malefakis y Ángel Viñas, que afirman que las conclusiones de Moa contradicen la investigación historiográfica académica realizada desde la muerte de Franco y que ignoran las fuentes primarias a las que se tuvo acceso una vez terminada la dictadura. Estos autores e historiadores opinan que la argumentación y conclusiones de Moa coinciden en lo esencial con las de los historiadores franquistas de la inmediata posguerra, en especial Joaquín Arrarás, así como con las de Ricardo de la Cierva, y que los aspectos formales y metodológicos de su obra, tales como la ausencia de notas, uso de acusaciones genéricas y empleo dudoso de las fuentes y de los testimonios, impedirían el debate científico que el propio autor siempre reclama.

El politólogo de la Universidad Rovira i Virgili Alberto Reig Tapia, que ha sido uno de los pocos autores que se han ocupado de su obra de manera extensa, ha afirmado que «la obra de Moa ha suscitado el rechazo firme y unánime de la comunidad historiográfica nacional e internacional», calificándolo de «simple comentarista», acusándolo de no haber «hecho investigación de primera mano» y de ignorar «toda la bibliografía académica de los últimos años». Opina que Moa no es ni siquiera un revisionista y considera que se ha limitado a reproducir «la misma cantinela de siempre». Según su juicio, a Moa se le explicaría desde un punto de vista sociológico, no literario o historiográfico, y sería «la versión española, a la baja naturalmente, del revisionismo que ya se manifestó en Francia, Alemania o Italia hace unos años respecto a su propia historia». Según sus propias palabras, «supone, salvadas las distancias, una especie de negacionismo». Reig Tapia concluye afirmando que «es una auténtica pérdida de tiempo abordar científicamente lo que por sí mismo se sitúa al margen de la historia».

El historiador e hispanista Paul Preston, criticando el revisionismo histórico y sus autores, de los que afirma que «repiten los lugares comunes de una literatura franquista que surgió para descalificar la República» y que «alimentan a la gente que se siente incómoda por los esfuerzos de la recuperación de la memoria histórica», señaló sobre Pío Moa: «[No es un] gran historiador a base de nuevas investigaciones» y «durante muchos años luchó contra la democracia con pistola y ahora hace lo mismo pero con la pluma».38 El historiador e hispanista británico Chris Ealham es de la opinión de que la «mayor parte (aunque no todos) los historiadores tienen aversión a ser identificados con las conclusiones pobremente documentadas y explícitamente propagandistas de Moa».

Por su parte, Moa rechaza estas opiniones y acusa a sus críticos de ignorar deliberadamente, por motivos ideológicos, las fuentes por él empleadas, acusándoles de limitarse a defender dogmáticamente la versión izquierdista difundida hace décadas por Manuel Tuñón de Lara. En su opinión, antes que intentar rebatir sus tesis, han centrado sus esfuerzos en intentar censurarle: «no pongo en duda el derecho a sostener otras ideas, y acepto en principio que puedan ser más acertadas que las mías. Lo que no admito son esos modos y métodos, degradantes para la vida intelectual, y puedo permitirme denunciarlos y calificarlos como merecen porque, afortunadamente, nuestra democracia todavía resiste el arbitrio de tales personajes. Queda en el balance su fracaso tanto en refutar mis tesis como —y eso les habría interesado mucho más— en silenciarlas o desprestigiarlas con malas artes».

Moa acusa a sus detractores que, según él, apenas han hojeado sus libros, y los han interpretado mal: «lejos de copiar a Arrarás o Ricardo de la Cierva (...) contienen miles de notas, y referencias en el texto, a partir de fuentes primarias». Afirma que sus maestros son más bien los hermanos Ramón y Jesús María Salas Larrazábal, Martínez Bande y Burnett Bolloten, y que a De La Cierva comenzó a leerlo mucho después.41 Frente a las críticas sobre el aparato bibliográfico y las fuentes primarias de Los mitos de la guerra civil y Franco, un balance histórico, Moa afirma que son «ensayos de síntesis» que aprovechan el trabajo de investigación realizado en su trilogía sobre la Segunda República y la Guerra Civil Española. Moa opina que «a nadie se le ocurriría atacar con tales argumentos los libros de síntesis de Pierre Vilar sobre historia de España o la guerra civil».

Las críticas a Moa también provienen de historiadores que comparten parte de sus posiciones políticas. Así Jorge Vilches, profesor de Historia del Pensamiento y de los Movimientos Sociales y Políticos en la Universidad Complutense de Madrid y columnista de Libertad Digital, describía así a Moa, en relación con un artículo de aquel en el que defendía el franquismo:

La réplica que ha hecho el Sr. Moa a mi artículo es una muestra de por qué sus interpretaciones históricas están en la marginalidad. La razón es bien sencilla: no es que vaya contra la "mentira academicista", es que después de muchos intentos ya es cansino debatir con quien utiliza el insulto y la ridiculización, cuando no la tergiversación, como argumento y artimaña para cubrir carencias. La seriedad y el cuidado de las formas –tanto modales como profesionales– habrían hecho mucho por la consideración de sus obras. Un debate político con fondo historiográfico, especialmente aquel que se pretenda de cierta altura, precisa tanto de la corrección conceptual como de la formal. Esto no es pedantería, es rigor científico y un requisito profesional. No es problema mío si el Sr. Moa las desconoce, o las utiliza alegremente para que cuadre su relato. [..] Es hora de que el Sr. Moa sepa que manejar los conceptos de la Ciencia Política y de la Sociología en el análisis del pasado es imprescindible para una correcta interpretación. No hay historiador serio, español o foráneo, que hoy no lo haga. Las carencias del Sr. Moa en estos campos son clamorosas, y convierten su relato histórico en una mera sucesión de datos y documentos que se conocían sobradamente mucho antes de que publicara alguno de sus libros.

Historiadores favorables

Moa tiene algunos defensores en el ámbito académico. Carlos Seco Serrano ha elogiado la obra de Moa. Concretamente, en su obra Historia del conservadurismo español, Seco dijo que el libro de Moa Los orígenes de la Guerra Civil española es «verdaderamente sensacional». También le han elogiado José Manuel Cuenca Toribio y José Luis Orella, así como Manuel Álvarez Tardío, que habría «defendido públicamente la obra de Moa».

Fuera de España, historiadores e hispanistas como Henry Kamen o Hugh Thomas han comentado en términos favorables trabajos y conclusiones de Moa. Por ejemplo, Kamen se lamenta de que, según su opinión, la represión ejercida por la República no haya sido estudiada, con la única excepción de Pío Moa, el cual habría sido marginado por los historiadores del establishment.

El hispanista texano Stanley G. Payne considera que Moa ha presentado desde su Los orígenes de la Guerra Civil española «una serie de novedosas interpretaciones basadas en las últimas investigaciones y en la cuidadosa lectura de las principales fuentes» y admite que sus conclusiones son polémicas. Rechaza las tres principales críticas que, a su juicio, ha recibido Moa. En primer lugar, niega que se limite a retomar los prejuicios del régimen franquista pues opina que el escritor asturiano ni cree que la democracia fuera tan indeseable como imposible para España, ni que la Guerra Civil se debiera a una conspiración comunista, ni que la Alemania nazi y la Italia fascista representaran el futuro, que es la que considera era la opinión del régimen. Afirma que Moa opina que la República solo hubiera podido sobrevivir basándose en una verdadera democracia, lo que contradice «el mito establecido de lo políticamente correcto». En segundo lugar, rechaza la acusación de que los trabajos de Moa no se basan en investigación de archivos originales. Payne cree que Moa ha utilizado todas las obras de referencia y ha consultado muchos archivos, pero opina que la importancia de su obra radica «en su análisis, meticuloso y original, más que en una nueva investigación de los archivos»; un tipo de obra que Payne considera historiográfica y estimulante. Por último, el historiador texano califica como absurdo el reproche de que Moa no es catedrático, y cree que refleja el corporativismo y endogamia que imperan en la Universidad española, pues muchos de los trabajos históricos más interesantes del mercado anglosajón no han sido escritos por profesores universitarios. El historiador escocés Rob Stradling defiende la solidez de los argumentos de Moa, además de afirmar que escribe mejor que muchos de sus críticos.

También ha elogiado a Moa César Vidal, aunque afirma que la calidad de su producción ha caído de forma alarmante después de sus trabajos sobre la Segunda República.

Obras

  • Reflexiones sobre el terrorismo. Madrid: Autor. 1985. ISBN 84-398-4781-5.
  • El erótico crimen del Ateneo de Madrid. Madrid: Mosand. 1995. ISBN 84-89616-00-0.
  • Los orígenes de la Guerra Civil española. Encuentro. 1999. ISBN 978-84-7490-983-8.
  • Los personajes de la República vistos por ellos mismos 1. Encuentro. 2000. ISBN 84-7490-579-6.
  • El derrumbe de la II República y la Guerra Civil. Encuentro. 2001. ISBN 978-84-9920-037-8.
  • La sociedad homosexual y otros ensayos. Madrid: Criterio Libros. 2001. ISBN 84-95437-08-2.
  • La Oposición durante el Franquismo. Volumen 2: De un tiempo y de un país. Encuentro. 2002. ISBN 978-84-7490-657-8.
  • Los personajes de la República vistos por ellos mismos 2. Encuentro. 2002. ISBN 978-84-7490-579-3.
  • Contra la mentira: Guerra Civil, izquierda nacionalista y jacobinismo. Madrid: Libros Libres. 2003. ISBN 84-96088-06-5.
  • Los mitos de la Guerra Civil. Madrid: La Esfera de los Libros. 2003. ISBN 84-9734-093-0.
  • Los libros fundamentales sobre la Guerra Civil. Madrid: Encuentro. 2004. ISBN 84-7490-724-1.
  • Una historia chocante: los nacionalismos catalán y vasco en la historia contemporánea de España. Madrid: Encuentro. 2004. ISBN 84-7490-747-0.
  • Los crímenes de la Guerra Civil y otras polémicas. Madrid: La Esfera de los Libros. 2004. ISBN 84-9734-156-2.
  • Pío Moa en colaboración con Javier Ruíz Portella (2004). 1934, comienza la Guerra Civil: el PSOE y la Esquerra emprenden la contienda. *Barcelona: Áltera. ISBN 84-89779-59-7.
  • Pío Moa en colaboración con Antonina Rodrigo García (2004). Federica Montseny o las dificultades del anarquismo. Barcelona: Ediciones B.
  • 1936, el asalto final a la República. Barcelona: Áltera. 2005. ISBN 84-89779-72-4.
  • Franco, un balance histórico. Barcelona: Planeta. 2005. ISBN 84-08-06235-2.
  • Contra la balcanización de España. Madrid: La Esfera de los Libros. 2005. ISBN 84-9734-323-9.
  • El iluminado de La Moncloa y otras plagas. Madrid: Editorial Libros Libres. 2006. ISBN 84-96088-48-0.
  • La quiebra de la historia progresista: En qué y por qué yerran Beevor, Preston, Juliá, Viñas, Reig... Encuentro. 2007. ISBN 978-84-7490-853-4.
  • La República que acabó en Guerra Civil. Barcelona: Áltera. 2006. ISBN 84-89779-94-5.
  • Falacias de la izquierda, silencios de la derecha. Claves para entender el deterioro de la política española actual. Madrid: Libros Libres. 2008. ISBN 978-84-96088-77-1.
  • Viajes por la Vía de la Plata. Madrid: Libros Libres. 2008. ISBN 84-96088-82-0.
  • Franco para antifranquistas: en 36 preguntas clave. Barcelona: Altera. 2009. ISBN 978-84-96840-42-3.54
  • La democracia ahogada. Ensayos sobre la España de hoy. Barcelona: Altera. 2009. ISBN 978-84-96840-88-1.55
  • Nueva historia de España. Madrid: La Esfera de los Libros. 2010. ISBN 978-84-9734-952-9.
  • La transición de cristal. Franquismo y democracia. Madrid: Libros Libres. 2010. ISBN 978-84-92654-45-1.56
  • España contra España. Madrid: Libros Libres. 2012. ISBN 978-84-1557-006-6.
  • Sonaron gritos y golpes a la puerta. Madrid: La Esfera de los Libros. 2012. ISBN 978-84-9970-869-0.
  • El derrumbe de la Segunda República. Madrid: Encuentro. 2013. ISBN 978-84-7490-982-1.
  • Los nacionalismos vasco y catalán: en la Guerra Civil, el franquismo y la democracia. Madrid: Encuentro. 2013. ISBN 978-84-9055-022-9.
  • Ensayos polémicos. Fajardo Bravo S.L. 2013. ISBN 978-84-9382-273-6.
  • La Guerra Civil Española (1936-1939). Fajardo Bravo S.L. 2014. ISBN 978-84-9425-000-2.
  • Mitos del Franquismo. La Esfera de los Libros. 2015. ISBN 978-84-9060-349-9.
El presente artículo aporta material procedente de una entrada de Wikipedia, publicada en castellano bajo la licencia Creative Commons-Atribución-Compartir Igual 3.0 (CC-BY-SA) o la licencia GFDL.