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Serguéi Eisenstein

De Ateneo de Córdoba
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Sergéi Mijáilovich Eizenshtéin, más conocido como Sergéi Eisenstein o Sergei Eisenstein (en ruso: Сергей Михайлович Эйзенштейн; en letón: Sergejs Eizenšteins; (Riga, Letonia; 23 de enero de 1898 – Moscú, URSS, 11 de febrero de 1948) fue un director de cine y teatro soviético de origen judío. Su innovadora técnica de montaje sirvió de inspiración para el cine posterior.

Biografía

Cuando contaba 25 años, Sergei Eisenstein puso fin a su carrera teatral, al ver la artificiosidad del resultado en su montaje de Máscaras de gas, donde, según sus propias palabras, «el carro se rompió en pedazos y el conductor se cayó de cabeza en el cine». Esto hizo que dejara el teatro y se centrara en el medio que le dio prestigio internacional, el cine.

Eisenstein fue un pionero del uso del montaje en el cine. Para Eisenstein, la edición no era un simple método utilizado para enlazar escenas, sino un medio capaz de manipular las emociones de su audiencia. Luego de una larga investigación en el tema, Eisenstéin desarrolló su propia teoría del «montaje». Sus publicaciones al respecto serían luego de gran influencia para varios directores de Hollywood.

Eisenstein no utilizaba actores profesionales para sus películas. Sus narrativas evitaban el individualismo y, en cambio, iban dirigidas a cuestiones más amplias de la sociedad, especialmente a conflictos de clases. Sus actores eran por lo usual personas sin entrenamiento en el campo dramático, tomadas de ámbitos sociales adecuados para cada papel.

Su principal mensaje político se basó en la organización, la participación y la lucha «Como quieras, quiero.»

Sus ideales comunistas lo condujeron en varias ocasiones a conflictos con funcionarios del gobierno soviético. Stalin era consciente del poder del cine como medio de propaganda, y consideró a Eisenstein como una figura controvertida. Su popularidad se profundizó más tarde con el éxito de sus películas, entre ellas El acorazado Potemkin (1925), calificada una de las mejores películas de todos los tiempos.

Su etapa estadounidense

Eisenstein viajó a Europa en 1930 para investigar sobre el sonido, campo que en la Unión Soviética tardó bastante en desarrollarse. Un directivo de la Paramount se trasladó a París y convenció a Eisenstein de que firmara un contrato para grabar un disco de solista y para rodar en Hollywood, donde llegaría a cobrar hasta 900 dólares a la semana. Fue recibido en Nueva York como un genio, pero pronto se dedicaría a dar conferencias en las Universidades de Columbia y Harvard. Poco antes de marcharse para Hollywood, se estrenó en un cine de Arte y Ensayo de Nueva York su película La línea general, y los directivos de la Paramount Pictures se pusieron bastante nerviosos al conocer sus ideas sobre la colectivización y el comunismo.

Al entrar en los Estados Unidos, tuvo que jurar respeto a la Constitución estadounidense, pero sufrió distintas presiones para que no usara su gorra típica y para que no llevara barba.

Cuando le presentaron a las diversas estrellas de Hollywood, se mostró distante, excepto cuando conoció a Charles Chaplin y a Coleen Moore. Cuando escribió su primer guión para la Paramount, Sutter's Gold, fue rechazado, entre otros motivos porque el Mayor Frank Pease, de tendencias fascistas, lanzó un panfleto titulado Eisenstein, el mensajero del infierno en Hollywood, y entre otras cosas le llamaba perro rojo y le acusaba de todas las barbaridades, fueran reales o no, cometidas por los bolcheviques.

La Paramount no quería renunciar todavía a Eisenstein y le encargó otro guión, que se titularía An American Tragedy, adaptación de una obra de Theodor Dreiser que trataba sobre la justicia norteamericana en un juicio por asesinato, y con el que la productora quedó encantada. El problema fue que el Comité Fish, antecesor al Comité de Actividades Antiamericanas, estaba actuando contra las actividades comunistas en California y contra la idea de llevar esa novela al cine. Todo esto hizo que finalmente la Paramount rompiera su contrato con Eisenstéin.

Entre 1930 y 1932 Eisenstein visitó México, donde intentó producir una nueva película titulada ¡Que viva México!. Nada más llegar a México fueron encarcelados tanto él como sus dos ayudantes de dirección, todos rusos, pero gracias a la intervención de un amigo español, el panorama cambió hasta el punto de que lo convirtieron en huésped de honor. Llegó a rodar 60.000 m de película, pero la producción se paró debido a que Upton Sinclair, el novelista estadounidense, dejó de patrocinar la película. Le dijo a Eisenstein que volviera a Moscú, a donde le enviaría la película ya rodada, cosa que nunca ocurrió. Upton Sinclair terminaría la película y estrenaría el resultado en 1933 bajo un título modificado: Thunder over Mexico (Trueno sobre México). Sinclair acusó a la Unión Soviética del fracaso del proyecto. En su etapa norteamericana conoció y se hizo amigo de Paul Robeson, el cantante y activista afroamericano de los derechos civiles.

De vuelta a la URSS

La visita de Eisenstein a Norteamérica lo convirtió en sospechoso para Stalin, y esta sospecha jamás sería erradicada por completo de la mente de la élite estalinista. Las siguientes dos películas de Eisenstein serían censuradas por cuestiones políticas, y se asignó un supervisor oficial para vigilar a Eisenstein durante el rodaje de Alexánder Nevsky, película muy popular entre los soviéticos, por la que se le concedería la Orden de Lenin.

Su película Iván el Terrible, en la que presentaba a Iván IV de Rusia como un héroe nacional, ganó la aprobación de Stalin junto con un Premio Stalin, pero su secuela, Iván el Terrible, segunda parte no fue aprobada por el gobierno. El trabajo existente de la película fue confiscado y destruido en su mayor parte, sobreviviendo solamente una pequeña parte del trabajo original.

Eisenstein sufrió una terrible hemorragia a causa de un infarto, y murió a los 50 años de edad.

Análisis de su obra

En 1925, podrá poner en práctica sus teorías en su primera gran obra, La huelga (Стачка), aunque él mismo consideró que había fracasado a la hora de hacer fluir las emociones de los espectadores, y que era demasiado teatral. Se incautó la única copia que había de la película y no se pudo volver a distribuir hasta después de su muerte, aunque el film llegó a ser exhibido en Occidente y obtuvo el premio en la Exposición de París en 1925.

Pero será su siguiente película, El acorazado Potemkin, la que dará a conocer su nombre en todo el mundo, y es posiblemente la película sobre la que más se ha escrito en toda la historia del cine. Según Eisenstein, el guión de la película, de Nina Agadzhánova-Shutkó, fue escrito para una película en ocho episodios, 1905, que comenzó a rodarse en Leningrado y pensaba relatar los sucesos de la huelga general. Tuvieron que abandonar el rodaje por el mal tiempo, y se dirigieron a Odesa a rodar el capítulo dedicado al motín del Potemkin. Decidió entonces Eisenstein centrar la película en ese episodio, y se abandonó su proyecto de 1905.

Cuando llegaron a Odesa, buscó a los supervivientes de la masacre, e incluso localizó los dibujos de un francés que había sido testigo de lo ocurrido. Reescribió el guión y realizó diversos títulos para dirigir la acción. Aunque los medios eran pocos, gracias a una serie de experimentos técnicos obtuvieron resultados asombrosos: pantallas reflectantes, fotografía desenfocada, plataformas móviles entre otros. Eisenstein erige su película en 1.290 planos, combinados con genial maestría mediante un montaje rítmico. Los movimientos de cámara son escasísimos, sólo realiza varios travellings porque los considera innecesarios, ya que el movimiento está determinado por la acción y por el montaje. Destaca la escena de la escalinata, con 170 planos, en la que el pueblo es brutalmente agredido por las fuerzas zaristas, donde crea un tempo artificial, que hace que la secuencia dure casi 6 minutos. Prescindirá de simbolismos intelectuales, y con una espléndida fotografía, en la que la masa se convertirá en la auténtica protagonista de la obra, acabará por ser considerada la primera obra maestra del cine soviético.

Sus ensayos literarios cinematográficos y sus dotes como orador, teniendo en cuenta que hablaba además alemán, inglés y francés, hizo que ejerciera una gran influencia sobre la teoría cinematográfica en la época.

Tras esta gran película realizará dos trabajos más, Octubre, donde narra los sucesos del asalto al Palacio de Invierno durante la Revolución bolchevique de 1917, y La línea general (también conocida como Lo viejo y lo nuevo), film sobre la reforma agraria, aunque por los cambios en la colectividad agraria en la Unión Soviética tuvo que cambiar su guión en varias ocasiones. En estas dos obras, volverá a experimentar con un nuevo lenguaje a través de las imágenes, pero por su complejidad no llegarán a ser muy bien comprendidas en su época. Además, en La línea general su protagonista no será la masa, sino una heroína individual, María Lápkina. El problema que tuvo con Octubre es que su estreno tuvo que retrasarse hasta cinco meses, pues en pleno proceso de postproducción se enteró de que Trotsky había caído en desgracia, y tuvo que quitarle de todos los planos en los que aparecía en la película.

Profundamente deprimido, Eisenstein regresó a su patria, donde tampoco podrá culminar su siguiente rodaje, La pradera de Bejín, tragedia campesina, que será saboteada por el máximo responsable de la cinematografía rusa, que la considera políticamente incorrecta. Entonces, al igual que hiciera Pudovkin, se refugia en la enseñanza y en la elaboración de su teoría sobre el empleo del color y del sonido, que como veremos más adelante, no tendrá ocasión de llevar a la práctica.

Diez años después de su última obra, Eisenstein dirige Alexánder Nevski, que cuenta las andanzas de este héroe nacional ruso, que derrotó a los teutones en el siglo XIII. En ella vuelve a hacer gala de su maestría para el montaje. Su protagonista vuelve a ser una sola persona, no la masa, y desparece su vigoroso estilo documental para ser sustituido por una delicada reconstrucción de la historia.

Características de su obra

Es fundamental su aportación teórica, como su hipótesis sobre el «montaje de atracciones», donde postula el empleo en el cine de técnicas provenientes del circo y del music-hall.

Eisenstein repudiará el montaje clásico, tal como lo concibe D. W. Griffith, a pesar de haberse inspirado para sus teorías en la película Intolerancia de este director, y derivará sus teorías sobre el montaje del estudio de los ideogramas japoneses, en los que dos nociones yuxtapuestas conforman una tercera, como por ejemplo: ojo + agua = llanto; puerta + oreja = escuchar; boca + perro = ladrar.

Concepto de la tercera idea. El montaje es para él: «Una idea que surge de la colisión dialéctica entre otras dos, independientes la una de la otra». Este método le permitirá partir de elementos físicos representables para visualizar conceptos e ideas de complicada representación.

El movimiento está determinado por la acción y por el montaje.

El protagonista en sus obras es la masa, el pueblo.

Filmografía

  • El diario de Glúmov (1923)
  • La huelga (1925)
  • El acorazado Potemkin (1925)
  • Octubre (1928)
  • La línea general (1929)
  • ¡Que viva México! (inacabada) (1930–1932)
  • El prado de Bezhin (inacabada) (1935–1937)
  • Alexánder Nevsky (1938)
  • Iván el Terrible (1943–1945)
  • Iván el Terrible, segunda parte: la conjura de los Boyardos (1948–1958)
  • Iván el Terrible, tercera parte (inacabada)
  • Romance sentimental (Francia, 1930)
  • Trueno sobre México (1933)
  • Eisenstein en México (1933)
  • Día de muerte (1933)
  • Tiempo en el sol (1940)
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